miércoles, 5 de junio de 2013

Cuando el agua se convirtió en crédito.

Flickr: El gran recurso conquense 
Nada es gratis. El agua, tampoco. La higiene diaria o regar el jardín son sencillos gestos cotidianos que ni el más avaro se plantea en términos económicos. Es más, la existencia de este servicio ni siquiera se pone en cuestión. Pero el preciado líquido que derraman los grifos de cualquier hogar no lo hace guiado por la misma fuerza natural que empuja a los ríos y hace rebosar los manantiales. Detrás de estos sencillos gestos hay una compleja infraestructura que los hace posibles, con décadas de recorrido a sus espaldas, y que se enfrenta a un cambio de gestión que transforma la naturaleza y los objetivos de este servicio.

¿Cómo afectará esto al ciudadano? Valga como ejemplo las duchas de una familia conquense media. Si tenemos en cuenta que el consumo mensual  en duchas de un hogar con cuatro miembros es de 20 metros cúbicos, es decir 20.000 litros, y que el precio del servicio durante el presente año se incrementará en un 18%, unos 9 céntimos por cada mil litros, cada familia de la localidad gastará hasta 22 euros más en duchas que en el año 2012. Y no solo perturbará las matemáticas, la propia idea de usuario o ciudadano se transforma, pasando a recibir el controvertido tratamiento de cliente. Para saber cómo hemos llegado hasta aquí es necesario responder una serie de preguntas básicas que iluminen el recorrido por el cambio de gestión del agua en Cuenca.

Una mina de oro translúcido

El agua es un recurso muy valioso para las arcas públicas. Los ayuntamientos españoles tienen que hacer frente a gastos e inversiones, y una gran mayoría de ellos al pago de una profunda deuda, sin apenas fondos. La solución que proponen es servirse de los pocos servicios públicos rentables que quedan en manos del Ayuntamiento para tratar de equilibrar la balanza económica y buscar financiación. Los servicios de agua son uno de estos últimos reductos, una auténtica mina de oro translúcido. Tal y como afirma Luis Babiano, gerente de Aeopas (Asociación Española de Operadores Públicos de Abastecimiento y Saneamiento) en declaraciones a Solidaritat y ComunicacióTV, “Se acabó el ladrillo y hace falta dinero. Las empresas se hacen con un mercado sin competencia local y con un usuario seguro.”

En Cuenca, el Ayuntamiento debe enfrentarse a un agujero de 60 millones de euros, y será el servicio público de agua el que sacie parte de la deuda del consistorio. El alcalde de la localidad, Juan Ávila, afirma que con esta maniobra intentan no tener que “recurrir a recortes o despidos”, y que buscan recursos económicos entre los servicios en los que todavía ostentan la gestión. La oposición “popular”, pese a mostrarse de acuerdo con formas de colaboración público-privadas y valorar positivamente la privatización de servicios como el agua, no comparte con los socialistas que este método de gestión sea la vía para solventar los compromisos de la hacienda pública. Pedro García Hidalgo, portavoz del Grupo Popular en el Ayuntamiento de Cuenca, define la nueva empresa nacida de los cambios de gestión como “una máquina de gastar y enchufar”. En oposición a esta deriva se alzan diversas voces que alertan sobre la mercantilización del agua y su pérdida de entidad como derecho universal. José Andrés Guijarro, miembro de ATTAC en Castilla-La Mancha, defiende que el agua nunca puede considerarse como una mercancía que sea objeto de negocio y destaca que “los organismos públicos y los estados tienen que conservarlo y distribuirlo a todas las personas.”

Sequía informativa

Voces de cuenca:  logotipo de "Aguas de Cuenca"
Gestión privada, derecho mercantil, tasas añadidas… Un maremágnum de tecnicismos, cifras y porcentajes asola al ciudadano que acude en busca de información sobre el cambio de gestión del agua impidiéndole así formarse si quiera una postura al respecto. Y estos ciudadanos ávidos de información son una parca minoría. La mayor parte de los conquenses desconocen qué pasos se están dando en la modificación de este servicio básico, un sentimiento espoleado por la falta de prensa escrita y televisiones de carácter local en la provincia. Incluso la propia página web de la nueva empresa gestora, puesta en marcha hace 5 meses, está inoperativa. En su página inicial tan solo encontramos el logo y un breve texto excusatorio que reza “Estamos trabajando para que la web esté en funcionamiento en breve”.

La página web tenía que servir para mostrar las facturas digitalizadas que se incorporaban a los nuevos contadores, permitiendo así un análisis directo del gasto por parte de cada usuario de forma instantánea y directa. Hasta ahora esas buenas nuevas de modernidad siguen estancadas. Los encargados de informar, encabezados por el Ayuntamiento, defienden su labor y afirman que han comunicado los cambios. Aún con todo, el propio alcalde reconoce que “hay una franja de la población a la que no le llega la información”, y lo achaca a la falta de medios de comunicación en la región. Desde asociaciones como ATTAC confirman esta falta de transparencia y denuncian que está por debajo de los estándares exigibles. Pese a la crítica, Guijarro destaca también que, aunque con deficiencias, se ha llevado cabo un ejercicio de transparencia “muy por encima de lo que se ha hecho hasta ahora”.

De usuario a cliente

El principal cambio estructural radica en que la nueva empresa se encarga de controlar todo el ciclo integral del agua. La decisión de aunar todos los procesos, desde la captación hasta el vertido del agua a los ríos, bajo una misma dirección se sostiene en la idea de “conseguir una optimización de los recursos, técnicos, naturales y económicos”, según dictamina la Encomienda de Cambio de Gestión. Pero, a todas luces, es este el cambio que menos afecta a los conquenses.

La nueva entidad, “Aguas de Cuenca”, es un proyecto con un largo recorrido en el futuro, que permitirá 25 años de gestión independiente de las decisiones democráticas. Guijarro incide en este nuevo carácter de la empresa de aguas y afirma que “supone hipotecar las políticas de los alcaldes futuros.” El edil conquense por su parte compara la licencia de 5 lustros con una hipoteca, “el único problema es poder pagarla”, señala. Pero, según sus cuentas, están seguros de poder asumir ese compromiso. Esta “hipoteca” se entiende como el compromiso de las inversiones, con valor de 17´5 millones de euros. Aunque el ayuntamiento perciba 17 millones de euros de golpe, durante el año 2013 solo se invertirán 2,5 millones en la renovación de los contadores. El resto se prevé invertir a lo largo de los 25 años de duración de la encomienda siendo una nueva carga parea las cuentas del Ayuntamiento.

¿Y como se ha producido este cambio? “Aguas de Cuenca” se constituye como una Sociedad Mercantil cuyo capital social es de titularidad pública o lo que es lo mismo, empresa pública de gestión privada. A diferencia de las empresas privadas, el capital de la empresa es 100% público. Una empresa se convierte en privada cuando el 51% de su capital proviene de inversores privados. En este caso el capital es del Ayuntamiento, por tanto la empresa pertenece a los ciudadanos conquenses, pese a que su gestión sea privada.

La razón para constituirse como empresa pública de gestión privada radica en la forma de control. Un organismo público se rige por el derecho administrativo, con unos estándares legislativos mucho más restrictivos. Mientras que una empresa pública de gestión privada se rige por el derecho mercantil, que como explican en la propia encomienda permite implantar una fórmula de gestión del servicio más ágil y menos afectada por los obstáculos derivados de la sumisión al derecho administrativo. El derecho mercantil, por ejemplo, permite gran flexibilidad en la contratación depersonal y, además, a la hora de gestionar las externalizaciones, un organismo público debe realizar un concurso público, mientras que una empresa pública de gestión privada no se somete a este control.

Estos cambios no solo producen efectos en los métodos de gestión, también afectan a la propia filosofía del servicio de cara a sus consumidores. El ciudadano pierde su categoría de usuario y pasa ser un cliente, el agua deja de ser un servicio público y se convierte en un servicio privado. Con el convenio de encomienda, “Aguas de Cuenca” adquiere el derecho a percibir el importe de las tarifas del agua –antes cobrado por el Ayuntamiento en forma de impuestos- y también el derecho a suprimir el servicio a aquellos ciudadanos que no paguen. Desde ATTAC denuncian que “antes el agua no te la podían cortar, ahora mismo si, ya que la responsable es una empresa”. Y es que ahora Aguas de Cuenca  tiene la potestad de actuar al verse incumplida esta obligación de pago.

La oposición en el Ayuntamiento conquense también critica la nueva gestión. García Hidalgo reconoce que el paso de usuarios a clientes no le preocupa, siempre y cuando eso no agreda a las personas o empeore sus condiciones,  “pero las empeora porque el agua ha subido y va a subir en el futuro”. Destaca que ya se empieza a pagar por cuestiones como las altas y las bajas del servicio de agua, que antes no se cobraban y ahora se han de abonar. El portavoz “popular” incide en que la “empresa pública” es en realidad “una pantalla para privatizar diferentes aspectos de la gestión integral del agua”. Ante las acusaciones de la oposición de que esta gestión iba además a posibilitar “enchufes”, Ávila se mostró indignado y alegó “si todos los trabajadores son gente que ya estaba en el Ayuntamiento, ¿dónde está el enchufe?”.

El grupo Izquierda Unida de Cuenca es el que ha llevado a cabo acciones de carácter  más directo contra el cambio de gestión. La coalición denuncia que este cambio de modelo esconde una privatización progresiva, por ello han convocado movilizaciones y pegadas de carteles donde mostraban imágenes del alcalde con nariz de Pinocho, bajo el lema “Lo llaman empresa pública y no lo es.”

El Caballo de Troya” de las privatizaciones

La decisión de cambiar la gestión y aunar el ciclo integral del agua es una estrategia política aconsejada por la consultora “Price Water House Cooper”. El gobierno socialista pago 21.000 euros a esta organización por la realización de un “Plan de Sostenibilidad y Reactivación del Ayuntamiento de Cuenca”.  Voces opositoras como las de Ana Sánchez, Coordinadora Provincial de IU, o José Andrés Guijarro señalan que es sospechoso que el plan haya sido realizado por esta consultora. Una empresa que es calificada, a nivel nacional, como el "Caballo de Troya"  de las privatizaciones.
PWC recomendó al grupo socialista “Externalizar total o parcialmente el agua de Cuenca como instrumento de financiación que descargue tensiones de tesorería”. El grupo socialista decidió optar por el camino intermedio, “con el fin de mantener el servicio en manos públicas” según explica el alcalde de Cuenca. Respecto a las acusaciones de privatización encubierta manifestadas por otros partidos y ciudadanos, Ávila responde que PWC simplemente es una consultora “que te ayuda a llegar al camino que tú eliges, pero no te marca el camino”.




Unas arcas sedientas

En palabras de Juan Ávila, este cambio de gestión era “necesario para mejorar la calidad de agua de los ciudadanos”. Una afirmación que se pone en entredicho cuando el propio alcalde nos confirma el verdadero fin de esta estrategia política, que radica en “conseguir financiación para la maltrecha economía del consistorio”. Una financiación necesaria para el pago de la deuda del ente local, ya que “cada día del año se dedican 27.500 euros para pagar a los bancos” según el propio líder socialista. Este año, el Ayuntamiento dedicará 10,5 millones de euros al pago de los compromisos bancarios, teniendo un Presupuesto de 49 millones.

Sede de la empresa "Aguas de Cuenca"
Un complejo baile de cifras que cristaliza en la imposibilidad del consistorio conquense a la hora de pedir créditos a largo plazo. Según la Ley de Haciendas Locales, una institución no puede solicitar crédito bancario si su deuda supera el 90% de su presupuesto, porcentaje que Cuenca ya ha superado. Ante esta situación, el Ayuntamiento de Cuenca según Ávila “busca recursos con lo que tiene, ¿y qué tiene? Pues el agua”.

A través de este cambio de gestión la hacienda local recibirá 17,5 millones de euros por el pago del canon anticipado, en concepto de la cesión de la gestión del servicio. Además “Aguas de Cuenca” tendrá que pagar, a partir del 2014, un canon anual del 25% de la facturación de la empresa. Así se expresa en la Encomienda de Gestión de la nueva empresa pública de gestión privada, que establece esta como una de las vías por las que “Aguas de Cuenca” paga al Ayuntamiento por la cesión del servicio. Si el 31 de junio no se consiguen los 17 millones y medio, se pasaría a la segunda vía de cobro del canon. Esta segunda opción radicaría en un canon anual que supondría el 80% del flujo de caja libre, algo que preocupa al alcalde, “preferimos los 17,5 millones de golpe, porque esto nos permitiría hacer frente a algunos de nuestros compromisos”.

Sin embargo, la empresa todavía no ha solicitado el crédito que haría efectivo el pago de ese canon y el tiempo se agota. La segunda vía supondría una inyección de capital variable año tras año. Sánchez asegura “que es mejor no endeudar a la empresa por los veinticinco años”, y destaca que en los presupuestos aprobados ya se prevé que el canon anticipado no se va a cobrar, puesto que en las cuentas aparece el canon anual del 80%.



Precios al alza

Este año las facturas del agua han subido un 15%, debido al plan de ajuste que el Ayuntamiento tuvo que presentar para acceder al Plan de Pago a Proveedores del Gobierno de España. Era obligatorio para conseguir el dinero del plan a proveedores comunicar cuales iban a ser las fuentes de financiación. El Grupo Socialista se compromete a no subir el precio hasta el 2015, inclusive, más de lo que sube el IPC, como se cita en la encomienda de gestión. Pero este compromiso se podrá romper por tres razones, una subida del coste del servicio de aguas,  un aumento de las obligaciones financieras, o bien por la promulgación de nuevas normas que supongan aumento de costes o disminución de ingresos.


A partir del 2016 las tarifas subirán dependiendo del alcalde de turno. En la encomienda se abre el precio pasando a ser obligatoria una alza anual de los impuestos como mínimo del IPC, lo que implica una subida anual obligatoria. Ávila corrobora que cualquier equipo de gobierno podría subir el agua “siempre que se argumente que es necesario para mantener el servicio”, justificando siempre el porcentaje de esa subida, de acuerdo con las variables recogidas en la encomienda.

El futuro de Aguas de Cuenca.

La incertidumbre crece y hasta la fecha el ayuntamiento no ha conseguido la ansiada financiación que tiene que fluir desde las entidades bancarias hasta las arcas públicas, pasando por “Aguas de Cuenca”. Juan Ávila ha optado por la colaboración público-privada en lugar de recurrir al abundante manantial de las privatizaciones. Puede que no consiga llenar el enorme embalse de deudas si los bancos no abren sus grifos. Sin embargo no ha permitido que las aguas conquenses pasen a manos de las empresas que ya controlan más del 50% del agua española.




Ángel Marzal @AngelMarzal, Gabriel Ponce @Botella88 y Samuel Nacar @mr_nacar.