Para unos, socialista, para otros Comandante, para unos, dictador, para otros, presidente. Escribo estas líneas funestas para el difunto, reales como el fin de todas las vidas. Venezuela ha triplicado su tasa de asesinatos desde que Chávez llegó al poder, un país rico en petróleo. En el que se llevan asentando durante 10 años las bases de una revolución, que se consolida en los corazones venezolanos pero no en el tiempo.
Chávez, el puño es el símbolo de ALBA |
Tenía un concienciado discurso Marxista, que aprendió
durante su estancia en la cárcel. Fue encarcelado en 1992 por encabezar un
fallido golpe militar contra el presidente Carlos Andrés Pérez. En la cárcel,
Jorge Giordani –profesor marxista de economía y planeamiento social de la
Universidad Central- le dio clases, y Chávez las transformó en una tesis sobre
cómo convertir su movimiento bolivariano en Gobierno. Lo consiguió, una
revolución democrática, 10 años gobernando, 13 elecciones ganadas. Elecciones
democráticas según la ONU.
Sabía que los Castro eran de su mismo pelaje y las
relaciones entre los dos países fueron muy fuertes desde el principio. Chávez
tenía a dos referentes políticos, uno era Simón Bolívar, que tras campañas
violentas consiguió liberar a buena parte de Sudamérica de la España Colonial.
El otro fue Castro, decía que era el Bolívar de la era moderna. Y colaborar con
él no era buena idea si hablamos de geopolítica. Castro tiene muchos enemigos. Pero creo que ellos hablaban de revolución y por eso se entendían. Colaborar con un país sumido en la pobreza desde el final de la Guerra Fría,
Cuba. Un país que sigue manteniendo la educación, sanidad y cultura mientras sus presupuestos se desmoronan. Nuestros economistas dirían que hay que recortar. Un país que desde que empezó la alianza
entre Chávez y Castro, en el inicio del siglo XXI, consiguió un despegue
de su economía.
La estratégica alianza consistió en compartir. Desde 2001,
Venezuela enviaba cargamentos de petróleo a bajo precio a cambió de los
servicios de miles de maestros, médicos e instructores deportivos cubanos, con
el fin de llevar a cabo lo que Chávez llamó “Misión Milagro”. Según el Center
for Economic Policy and Research
estadounidense, la pobreza venezolana se ha reducido en un 50% desde 2004 y la
extrema pobreza, en un 70%. En ocho años el número de universitarios en
Venezuela se ha duplicado y varios millones de personas han accedido por
primera vez a la sanidad y a una vivienda gratuita. Dejando tras de sí uno de
los presupuestos más desequilibrados del mundo, con un déficit de casi 20% del
PIB y una deuda casi el doble que la de 2008. Castro pierde a su principal
aliado, y la revolución atemporal pierde a su comandante. Juzguen ustedes
mismos. Hoy hablamos de Chávez, hablemos de Venezuela, mañana.
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