lunes, 6 de mayo de 2013

Europa se queda sola.


La población europea se queda sola, hundida en la miseria y desprovista de su prestigioso estado de bienestar. Mientras  los tecnócratas, que llevan ya demasiados años intentando salir de una crisis financiera, sin darse cuenta que es de principios y no de economía el problema. Mientras, los países del norte fanfarronean con los del sur, sobre el tamaño de sus ejércitos. Europa se queda sola en su guerra.
Todos los hilos geopolíticos que giraban en torno a Europa, se han soltado. El continente, que miraba por encima del hombro al resto de países, por decir que tenía valores y principios modernos, cuando les estaba expropiando tanto la voz como las infraestructuras para hacerlo, no le interesa ya a nadie. Y parece estar ante una guerra inminente, que muchos historiadores ya anuncian como la primera guerra intracontinental del siglo XXI.

La desidia de sus clases políticas y el patriotismo exacerbado utilizado para conseguir el apoyo ciudadano, parece estar demasiado lejos de un dialogo intelectual a la escala de lo que se requiere. Y puesto que es de paz de lo que hablamos, ningún político sabe hacer campaña, puesto que se le tacha de débil y se ataca a su virilidad. Tras las declaraciones del actual presidente de Hungría  Víctor Orban, “Todo aquel que no quiera colaborar por la paz, y por defender los derechos arrebatados antes de esta crisis, deberá de ser humillado y declarado vergüenza nacional. Todo aquel que no se identifique como Europeo, y tenga los principios y valores inculcados desde hace siglos por el papado, debe ser ejecutado” Los países de Europa del norte han respondido con el cierre de sus fronteras y el aumento de tropas de asalto en ellas. Victor es el representante de los países del Sur en la Eurocámara de la paz.

Las negociaciones cesaron ayer por la noche tras estas declaraciones, aún no se han retomado, y además se han intensificado la ocupación por tropas militares de lugares geoestratégicos. El túnel de Somport aparecía completamente rodeado de militares españoles, pidiendo documentación a todo aquel que quisiera cruzar la frontera. En Gibraltar pasaba más de lo mismo.

Llega el frío invierno, y millones de personas se quedarán en la calle, muriendo. Que por supuesto no lleve a lo que sería la peor guerra del siglo XXI. Esperemos que Orban no se rinda y luche por nuevas libertades. Esperemos que los países del norte se replanten sus objetivos y propuestas con los del sur. Y que los del sur aprendan a negociar con los del norte. Si no volveremos al histórico paradigma del norte rico y el pobre sur. Al mundo de los países especializados en ganar dominando a los países que se especializaron en perder. Esperemos que esta mentira, no sea puesta en práctica con otros actores, esperemos que no se torne realidad.

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