La población europea se queda sola, hundida en la miseria y
desprovista de su prestigioso estado de bienestar. Mientras los tecnócratas, que llevan ya demasiados años
intentando salir de una crisis financiera, sin darse cuenta que es de
principios y no de economía el problema. Mientras, los países del norte
fanfarronean con los del sur, sobre el tamaño de sus ejércitos. Europa se queda
sola en su guerra.
Todos los hilos geopolíticos que giraban en torno a Europa,
se han soltado. El continente, que miraba por encima del hombro al resto de
países, por decir que tenía valores y principios modernos, cuando les estaba
expropiando tanto la voz como las infraestructuras para hacerlo, no le interesa
ya a nadie. Y parece estar ante una guerra inminente, que muchos historiadores
ya anuncian como la primera guerra intracontinental del siglo XXI.
La desidia de sus clases políticas y el patriotismo
exacerbado utilizado para conseguir el apoyo ciudadano, parece estar demasiado
lejos de un dialogo intelectual a la escala de lo que se requiere. Y puesto que
es de paz de lo que hablamos, ningún político sabe hacer campaña, puesto que se
le tacha de débil y se ataca a su virilidad. Tras las declaraciones del actual
presidente de Hungría Víctor Orban,
“Todo aquel que no quiera colaborar por la paz, y por defender los derechos
arrebatados antes de esta crisis, deberá de ser humillado y declarado vergüenza
nacional. Todo aquel que no se identifique como Europeo, y tenga los principios
y valores inculcados desde hace siglos por el papado, debe ser ejecutado” Los
países de Europa del norte han respondido con el cierre de sus fronteras y el
aumento de tropas de asalto en ellas. Victor es el representante de los países
del Sur en la Eurocámara de la paz.
Las negociaciones cesaron ayer por la noche tras estas
declaraciones, aún no se han retomado, y además se han intensificado la
ocupación por tropas militares de lugares geoestratégicos. El túnel de Somport
aparecía completamente rodeado de militares españoles, pidiendo documentación a
todo aquel que quisiera cruzar la frontera. En Gibraltar pasaba más de lo
mismo.
Llega el frío invierno, y millones de personas se quedarán
en la calle, muriendo. Que por supuesto no lleve a lo que sería la peor guerra
del siglo XXI. Esperemos que Orban no se rinda y luche por nuevas libertades.
Esperemos que los países del norte se replanten sus objetivos y propuestas con
los del sur. Y que los del sur aprendan a negociar con los del norte. Si no
volveremos al histórico paradigma del norte rico y el pobre sur. Al mundo de los
países especializados en ganar dominando a los países que se especializaron en
perder. Esperemos que esta mentira, no sea puesta en práctica con otros
actores, esperemos que no se torne realidad.
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